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¿Dónde comenzar la escucha de lo nuevo de Miqui Puig? ¿Dejamos el silencio sonando sobre la aguja y leemos? Notar el ambiente, el ozono, los ojos en blanco, la corbata o el pañuelo, el barro en las ruedas, el acid, los violines, las guitarras y los tambores. Miqui ha cogido carrerilla. Sus dos últimos LP´s solistas son sobresalientes y hablar ahora de Casualidades es como escribir sobre La canción de Juan Perro o Viva Hate de Morrissey. Séptima entrega, chicles Brooklyn, Kiko Amat, la Barcelona del norte, perros y singles, amor y motocicletas. Miqui Puig ha jugado en este LP de manera sobresaliente con los coros femeninos, haciendo que su voz de cantante enamorado tenga los mejores aromas a lo largo de todo el disco, demostrando que la sencillez no tiene nada que ver con lo simplón. En este LP Miqui ha abandonado lo confesional narrativo para dejar su lugar a lo sugerente y evocador. Cualquiera de sus temas te llevan a un momento de tu vida, de la suya, en realidad, porque el fan de Miqui, como el de Moz, como el de Gainsbourg, comparte su vida con la tuya. Una vez más un disco enorme, que sorprende, un viraje, el enésimo, un revisionismo bien entendido de la música de baile con letras que trabajan la evocación. Tras dos discos que eran casi recopilaciones de relatos cortos, Miqui ha vuelto a la pista, un rato en los platos y otra moviendo las caderas. El amo. El puto amo.